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de Moana Soto[1]

Paulo Freire y la Nueva Museología 

 

Desde el final de los años setenta, el escenario museológico viene ganando nuevos aires,la Nueva Museología surge entonces buscando una renovación de los aspectos teórico-metodológicos en el ámbito de las cuestiones a cerca del patrimonio, de la memoria y de las tan diversas identidades culturales existentes en el planeta, permitiendo así la construcción de museos contextualizados junto a la realidad socio-histórica de los tantos grupos humanos, es decir, de la comunidad y que está insertado y, por así decirlo, comprometido.

 

Este momento marca el avance de los museos en relación a la perspectiva educativa, el hacer pedagógico pasa a ser entonces incorporado dentro del espacio museológico, así integrando la educación a las funciones de las instituciones museales.

 

La dimensión educativa, verdaderamente reconocida, ya partir de entonces considerada como la función social primera de los museos, confiere a la acción museológica un nuevo sentido existencial, y los profesionales del museo se reconocen como agentes de promoción educativa y sociocultural, que van más allá de las tradicionales funciones técnico-científicas pertenecientes a la esfera museal (conservación, preservación, documentación, etc.), y será a través de la construcción dialéctica entre todas estas funciones que finalmente se concretar y también justificar la existencia de las instituciones museales.

 

El ICOM propone que el museo debe aprovechar todas las oportunidades para desarrollar su papel de recurso educativo a ser utilizado por todos los sectores de la población, a los que tiene por objeto servir. Atrayendo entonces audiencias nuevas y más amplias entre las capas de la comunidad o localidad al que tiene por objetivo servir, y deber de ofrecer a ambos, tanto la comunidad en general como a individuos o grupos específicos, oportunidades de participación activa en pro de objetivos y políticas. El museo entonces pasa a ser entendido como instrumento de cambio social, para el desarrollo, y sus acciones deben ser dirigidas para proporcionar a la comunidad una visión histórica de su realidad.

 

Cuando pensamos en la educación en museos, más allá de los departamentos educativos y de las acciones aisladas de mediación y distribución de materiales didácticos, reconociendo que la principal función educativa de las instancias museales hoy es la educación, queda bastante claro que este nuevo modo de pensar la Museología estaría en las bases pedagógicas.

Ante esta nueva realidad, queda bastante claro que, dentro del universo de autores y teorías socio-educativas, los teóricos que estaban formulando esta Nueva Museología iban a beber en la fuente de Paulo Freire.. El educador brasileño trae a lo largo de su obra un compromiso con la educación que va más allá del aula, apunta el posicionamiento político y no neutro de la acción educativa, afirmando que la educación es una herramienta de liberación.

 

El papel ejercido por el pensamiento de Paulo Freire en las nuevas experiencias de museos fue marcante, a través de la transformación del hombre-objeto en hombre sujeto, como señaló Hugues de Varine en 1979, período en que ejercía la dirección del ICOM. A partir de esta concepción, Varine formuló una importante metáfora en este cambio de paradigma de los museos y de la propia Museología, "el museo como finalidad, el museo como objetivo, es la universidad popular, la universidad para el pueblo a través de los objetos. Lo que en una universidad normal es el lenguaje de las palabras y en última instancia el lenguaje de los signos escritos, en el caso del museo se convierte en lenguaje de los objetos, del concreto." (Varine, 1979).

 

Otros tantos aspectos de la Pedagogía de Freire se pueden encontrar a lo largo de las obras producidas en el ámbito de la Nueva Museología, tales como la relación dialéctica y la propuesta de educación popular, sin embargo, es importante resaltar que es el caratér libertario de la educación que hace puente entre la " Freiriana y el movimiento de la Nueva Museología, al encontrar en la obra de Paulo Freire las directrices socioeducativas para la construcción de una teoría y práctica museológica comprometida con la comunidad y, principalmente, orientada hacia el ejercicio consciente de la ciudadanía.

 

La influencia del pensamiento de Paulo Freire para este movimiento de renovación de la Museología ya se hacía notar en la invitación a él hecha para la presidencia de la Mesa Redonda de Santiago de Chile, episodio esclarecido más adelante. Algunas de sus ideas serían más tarde incorporadas por museólogos al referirse al papel social y educativo de los museos.

 

El escenario museológico internacional ya reconoce la gran importancia de Freire, siendo siempre referenciado en encuentros, congresos y seminarios de Museología por todo el mundo[2]. En la configuración del movimiento de la Nueva Museología, cuando se trasladó al campo museal sus teorías sobre educación como práctica de libertad y concientización ciudadana, le correspondió a Freire este papel destacado en la configuración del movimiento de la Nueva Museología.

 

[1]Maestra en Museología por la Universidad Lusófona de Humanidades y Tecnologías, especialización en Educación y Museos por la Universidad Europea Miguel de Cervantes e grado en Pedagogía por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (2006). En la actualidad, es Museóloga e Investigadora de la División de Memoria Institucional de la UFRJ.

[2]Paulo Freire fue citado recientemente en medio de la Asociación Americana de Museos Anual Meeting & MuseumExpo.

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